miércoles, 18 de abril de 2012

VALORAR, AMAR, AGRADECER...

MARTES 17
El día comienza con promesa de buen tiempo y con media hora más de asueto, porque la misa no será junto a la oración de la mañana. Tras el ritual del desayuno , los hermanos acuden puntuales a la sala de reuniones para comenzar el orden del día, aunque Onofre Núñez nos avisa que, dado que la llegada del Ministro General se retrasa, habrá que hacer cambalaches.

Comenzamos con la exposición del Custodio, Dionisio Fernández, sobre la realidad de la Custodia de San Francisco Solano. Luego, para ganar tiempo, continúa el Provincial, Severino Calderón, la presentación de la Provincia de Granada.
Recibimos después, con un fuerte aplauso a nuestro Ministro General, José  Rodriguez Carballo, que toma inmediatamente la palabra.  Nos presenta el tema: Re-estructurar para revitalizar.
Dice el General que constatamos esta situación de desplome – breakdown – que constituye la sensación de amenaza de nuestra propia existencia. El mundo en el que surgió la vida religiosa ha desaparecido y nosotros podemos también desaparecer con él. De ahí la necesidad de readaptar nuestra propias formas de vida para subsistir. Exactamente como las especies animales, cuando desaparece lo que fue su hábitat natural favorable. De aquí esta necesidad de la revitalización. Hay que aprender a flotar en la llamada sociedad liquida o fluida, para no hundirnos sin remedio… ¿Cuestión de fe, como San Pedro en medio del lago? Ciertamente, pero no solo. Porque en este caso no es una cuestión individual, donde Jesús te saca de apuros dándote la mano, sino una cuestión relacional, donde entramos todos. Hay que resituar nuestra vida y misión. Insiste en que no es cuestión de cantidad sino de calidad, y que no sirve que seamos más si no somos mejores… y mejor organizados. El ahorro energético y la sostenibilidad son aspectos que también atañen a nuestra supervivencia.
Por eso hay que volver a una espiritualidad que ponga de nuevo Dios al centro, que sea integral – que toque toda la vida – y dinámica (de encuentro). A una vida fraterna que parta realmente de lo humano, es decir lo esencial. A una Misión sólidamente fundada en la experiencia de Dios y desde la Fraternidad.
La Re- estructuración indica esa necesidad de innovar, no renovar (simplemente maquillando). Iniciar un verdadero camino de futuro que comienza, necesariamente, dentro de nosotros mismos. Partir, como en el Éxodo, sin saber exactamente donde se llega, sino reformulando la fe inicial para salir finalmente fortalecidos. Hay que tocar fondo, perdiendo  el orgullo y la autosuficiencia. Quedarnos con lo esencial, lo incuestionable, únicamente aquello que nos dinamiza. Fortaleciendo los vínculos de solidaridad entre nosotros. No cuenta el pasado, cuenta el presente  hacia el futuro.
3 certezas, para finalizar:
-          La vida religiosa tendrá que seguir contando con la centralidad de Jesús.
-          También tendremos que contar unos con otros, trabajando en solidaridad fraterna.
-          Y atentos al mundo (signos de los tiempos) desde la experiencia de Francisco y sus escritos. Nuestra vida franciscana hay que reengendrarla en cada generación, para que sea significativa y actual. Sin miedo a equivocarnos.
Concluidas las palabras del Ministro General, tras algunas intervenciones, hacemos un descanso para recibir a las hermanas.
Comienza nuestra peculiar Celebración Clariana de su Octavo Centenario. Contamos con varios testimonios. En primer lugar, Sor María Teresa Pujol, de la federación de Cataluña, nos hace una valoración personal de este Centenario. Resalta la necesidad de interiorizar el carisma, valorándolo, amándolo y agradeciéndolo. Sor María Jesús Flores, de la Federación bética, refiriéndose a su vocación, resaltó la gratuidad de nuestra vida y cuanto el hecho de ser franciscanos significa en nuestra persona y nuestra historia concreta. Su testimonio fue sincero, valiente y emotivo. El momento mágico de la jornada lo puso ella cuando  pidió, a todos los presentes, que nos recogiéramos un minuto en silencio – allí mismo – para pensar el don de nuestra vocación y dar gracias al Señor por ello. La verdad: pilló de sorpresa, pero impresionó.

Acabó  Rafael Colomer, asistente de las clarisas de Valencia, subrayando el apoyo reciproco que hermanos y hermanas debemos prestarnos en la complementariedad de relación y de servicio.
Concluimos la mañana con la celebración conjunta de la Eucaristía, presidida por el Ministro General, dando gracias a Dios por estos 800 años de camino juntos. En las bellas palabras del General se condenso el espíritu reinante en el reciente encuentro de las Federaciones de Clarisas en Asís. Clara, mujer creyente, libre, humana y , por ello, profundamente espiritual.
La comida fue igualmente un momento compartido. Tras ella y la foto de recuerdo de este singular Encuentro, algunas hermanas salieron de regreso a sus Monasterios, mientras otras nos acompañaban aún en la visita al Monasterio de San Lorenzo del Escorial, que ocupó casi toda la tarde.

A la vuelta, una hora de Adoración del Señor, agradeciéndole el don de la vocación compartida y las gracias mismas de este momento. Después de la cena, un rato informal de recreación para alegría y solaz de los hermanos: teatro, canciones y mimo. Ya un último refresco y a retirarse a descansar.  ¡Hasta mañana, que esto se acaba!

El Cronista de Gilet

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