miércoles, 29 de febrero de 2012

Una oportunidad para despegar



     La vida consagrada está recibiendo muchos dardos contra la esperanza; nuestra reducción numérica, las consecuencias de una sociedad laica, consumista e individualista, nuestras dificultades para encontrar un modelo de vida consagrada provocativo para nuestra Iglesia, los nuevos areópagos del mundo, que necesitan ser evangelizados. Hoy no basta hablar sobre la esperanza, hay que crear signos claros de esperanza, que consigan traernos a los religiosos un entusiasmo nuevo.
    La esperanza implica asumir riesgos. Sin esperanza, difícilmente nos arriesgamos. La esperanza nos da un espíritu creativo y combativo, capacitándonos para romper con nuestro conformismo y dándonos valor para cambiar.
    Hay que programar y presentar la reestructuración como una "buena noticia" para la Orden. Habitualmente cuando se comienza a hablar de este proceso, se suscitan reacciones negativas; hay una predisposición a pensar que es un signo de decadencia y de derrota; surgen muchas inseguridades, sobre las cuales los superiores deben actuar. Sólo cuando se ven frutos, se piensa que valió la pena.
   La reestructuración no va a ser una solución mágica para todas nuestras dificultades y desafíos actuales. Nuestras dificultades no dependen principalmente de las estructuras actuales de la vida religiosa. La reestructuración, sin embargo, sí puede ser una oportunidad para hacer despegar el ser y la misión de nuestra vida con un nuevo ardor y como contribución eficaz a la nueva evangelización.

jueves, 23 de febrero de 2012

¿Te lo vas a perder?

Cuaresma 2012: en tu desierto, Señor




Vivo, Señor, en mi desierto de angustias y miserias.
Vivo, Señor, en mi desierto de infidelidades.
Vivo, Señor, en mi desierto de penas e historias que me atan.
Vivo, Señor, en un desierto en el que me cuesta trabajo
    escuchar tu voz.
Libérame y escucha mi voz que te llama.
Libérame y sácame de mi Egipto.
Libérame y abre mis ojos para buscarte.
Libérame y tiéndeme tu mano fuerte.
Libérame y condúceme a tu desierto, Señor.
En tu desierto, Señor, quiero vivir de otra cosa que no es pan.
En tu desierto, Señor, quiero ser fiel a tu Palabra.
En tu desierto, Señor, quiero caminar dándote la mano.
En tu desierto, Señor, quiero dar frutos y
hacer que de mí manen amor y misericordia.
En tu desierto, Señor, sé que encontraré tu Vida,
sé que encontraré mi vida.

Entraré en tu desierto, Señor.
Me despojaré de todo lo que me oprime.
Dejaré que me hables y me seduzcas.
Porque quiero hacerme fuerte en ti.
Porque quiero en tu desierto, Señor,
tener las manos disponibles
para abrazar tu Cruz.           

miércoles, 22 de febrero de 2012

Y... ¿cómo se llamará la criatura?

Poco a poco seguimos dando pasos en este proceso que desembocará en la creación de una nueva Entidad: la Provincia de... ¡caramba, aún no tiene nombre!

Para eso os escribimos: nos gustaría que todos colaboremos para decidir el nombre de nuestra nueva Entidad. Os sugerimos comentarlo en comunidad, en el Capítulo local o durante una comida, por ejemplo; y consensuar un posible nombre. También podéis comentar sobre el Santo o Beato... que pudiéramos tomar como titular de la misma.

Mandadnos vuestras sugerencias. Mejor si es solo una por Fraternidad, para que no se multipliquen excesivamente dificultando la elección final. Las más repetidas y significativas serán recogidas para que podamos tomar la decisión final en el Capítulo de las Esteras de abril.

Podéis dejar propuestas en el blog, o bien enviarlas al e-Mail del grupo dinamizador (grupodinamizadorofm@gmail.com), antes del 20 de marzo.

domingo, 19 de febrero de 2012

La unión, la restructuración y la vida



Los que tenemos la suerte de contar con los padres, de vez en cuando, nos dan algunos sustillos y tenemos que dejar todo para cuidarlos en su enfermedad. Éstos días hemos estado mis hermanos y yo en el hospital cuidando a mi padre y, en casa,  a mi madre. Y, una de mis lecturas fue el suplemento de la revista Vida Nueva sobre  la Reestructuración con espíritu de mi paisano jesuita Juan Antonio Guerrero. Un texto que rezuma lucidez y se ve que está avalado por la experiencia. Transcribo algunas de sus reflexiones para que nos ayude a nosotros que estamos en ese camino de la reestructuración a caminar con lucidez y audacia: "Más importante que la unión, que nos hace ser uniddes más grandes, es la reestructuracción, que nos adapta organizativamente a la nueva situación; y más importante que ésta, el siempre necesario proceso de cuidado de la vitalidad espiritual y apostólica para que la Vida de la somos portadores se extienda. Es importante encontrar el momento de unirse: puede ser demasiado tarde. Tener buenas razones. La inevitabilidad de la situación, el ser pocos, no es una razón suficiente para unirnos. No podemos vivir de negaciones. Saber solo lo que no queremos no basta para construir algo positivo. Nos unimos para un bien mayor. Un bien que no podemos conseguir separadamente. O reconocemos en la situación que tenemos una situación de gracia, o no tenemos futuro".