miércoles, 9 de octubre de 2013

Carta del Ministro General en ocasión a la fiesta de San Francisco


El Papa Francisco en Asis


EL ESPÍRITU DE ASIS EN EL AÑO DE LA FE



La fe auténtica, constructora de paz

          
  El cartel quiere expresar de alguna manera el mensaje que Benedicto XVI nos quiso dejar en la Carta Apostólica Porta Fidei, con la que nos convocó al Año de la fe.  Entresacando algunos párrafos de la Carta nos situamos en condiciones de entender el sentido del dibujo.

 “La puerta de la fe” (cf. Hechos14, 27): Se cruza ese umbral cuando la Palabra de Dios se anuncia y el corazón se deja plasmar por la gracia que transforma. Atravesar esa puerta supone emprender un camino que dura toda la vida.
La renovación de la Iglesia es cuestión de fe. La renovación de la Iglesia pasa también a través del testimonio ofrecido por la vida de los creyentes: con su misma existencia en el mundo, los cristianos están llamados efectivamente a hacer resplandecer la Palabra de verdad que el Señor Jesús nos dejó.
La fe crece creyendo. La fe, en efecto, crece cuando se vive como experiencia de un amor que se recibe y se comunica como experiencia de gracia y gozo.
Recorrer y reactualizar la historia de la fe. Durante este tiempo, tendremos la mirada fija en Jesucristo, “que inició y completa nuestra fe” (Hebreos 12, 2). En él, muerto y resucitado por nuestra salvación, se iluminan plenamente los ejemplos de fe que han marcado los últimos dos mil años de nuestra historia de salvación.
Lo que el mundo necesita son testigos de la fe. Lo que el mundo necesita hoy de manera especial es el testimonio creíble de los que, iluminados en la mente y el corazón por la Palabra del Señor, son capaces de abrir el corazón y la mente de muchos al deseo de Dios y de la vida verdadera, ésa que no tiene fin.

El fondo del cartel es un paisaje tenebroso y gris, muerto como si hubiera sido  arrasado por una guerra, simboliza la situación de la humanidad sin Dios.
La “TAU”, que en este caso representa la fe, nos abre la puerta a la luz, a la vida y al color. Nos invita a una renovación de la existencia. La luz del sol es la presencia de Dios Padre (artífice de todo), y de Cristo Luz del mundo, que ilumina, no solo a todo hombre, sino al universo entero. El creyente ha de resplandecer y comunicar la experiencia de gracia y gozo.
La “paloma”, en el dintel de la puerta, nos habla de la presencia del Espíritu en todas las realidades de la vida: sirve de nexo entre las dos realidades porque él está presente en todas partes.

Los materiales para la celebración los podéis encontrar en:

Somos conscientes de la dificultad para algunas comunidades, pero es la manera de economizar un poco. Si en alguna comunidad no hubiera internet, seguro que algunos bienhechores pueden hacer el favor de imprimirlo y entregarlo a los hermanos o a las hermanas.
Gracias por todo y feliz fiesta de San Francisco

Vicente Bazán,ofm

los materiales aqui: 
cartel
Eucaristía
oracion
padrenuestro

jueves, 3 de octubre de 2013

Henos aqui, padre San Francisco




Henos aquí, bienaventurado padre Francisco, 
insigne entre los santos
Te nutres ya de la flor de harina (Sal 80,17), 
tú en otro tiempo hambriento; 
te abrevas en el torrente de delicias (Sal 35,9), 
tú que hasta ahora tenías sed. 
No te creemos, con todo, 
saciado de la abundancia de la casa de Dios 
como para que te hayas olvidado de tus hijos, 
pues Aquel en quien te abrevas se acuerda también de nosotros. 
Llévanos, pues, en pos de ti, Padre venerado, 
para que corramos tras el suave perfume de tus ungüentos (Ct 1,3), 
nosotros a quienes ves tibios por la desidia, 
lánguidos por la pereza, semivivos por la negligencia. 
Ya la pequeña grey te sigue con paso vacilante, 
y la mirada deslumbrada de sus ojos enfermos 
no aguanta los destellos de tu perfección. 
Haz que nuestros días sean como los primeros, 
tú que eres espejo y modelo de perfectos, 
y no consientas que, siendo iguales a ti en la profesión, 
seamos desiguales en la vida.
(2Cel. 221)

¡FELIZ DÍA DE NUESTRO PADRE SAN FRANCISCO!
hoy sí que puede ser un día para redescubrir el don de la vocación que un día recibimos.

                                         ¡Felicidades hermanos!