Con puntualidad y una
nutridísima asistencia comenzó el encuentro de hermanos guardianes del que esta
crónica tratará de ofrecer una semblanza fiel en la que, en justicia, se destacará
la acogida cordial, el esforzado trabajo y la ilusión compartida que lo han
presidido desde su principio.
Reunidos los hermanos guardianes,
varios ministros provinciales, el Delegado general que nos acompaña en nuestro
Proceso de Unión –fray Juan Telesforo Zuriarráin-, el Definidor General por
CONFRES –fray Vicente Felipe-, fray Manuel Díaz Buiza como miembro del Grupo
Dinamizador así como los integrantes del Equipo
para la Formación Permanente organizador del evento, el número de los
asistentes se elevó a más de sesenta, siendo sólo tres los hermanos convocados que
no pudieron asistir y todos por razones médicas.
Tras unas palabras de acogida y
motivación que nos dirigieron, sucesivamente, fray José María Sainz, fray
Severino Calderón, fray Juan Telesforo Zuriarráin, fray Vicente Felipe y fray
Joaquín Domínguez, cada uno de los hermanos guardianes pudo presentarse y
presentar el vivir y el hacer de su fraternidad, con una brevedad por todos
pretendida pero no por todos lograda. El retrato que se ofreció en esta
presentación mostraba, con tintes claramente positivos, la gran pluralidad de
circunstancias y trabajos de dichas fraternidades.
Tras un breve descanso, en la
segunda sesión de esta tarde del jueves 26 comenzó el trabajo por grupos bajo
el título “Narrar mi experiencia como
guardián”. Durante una hora y media, los hermanos relataron cómo viven el
ejercicio del ministerio de la autoridad, con matices tan diversos como las
siguientes líneas recogen:
-Sobrecarga de trabajo derivadas de compromisos y estructuras. Esto
supone un cansancio que a veces dificulta poder atender como se desea a los
hermanos con los que se vive.
-Experiencia de flexibilización personal de carácter y de criterios.
-Escuela de escucha y de asunción del límite, tanto propio como ajeno.
-Apreciación positiva de la colaboración de los hermanos.
-Las grandes estructuras favorecen “el encastillamiento” y dificultan
tanto la vida de fraternidad como el ejercicio del rol del guardián.
-La mayor dificultad de las posibles es una fraternidad con poca fe y
exceso de actividades.
-La inexistencia de formación para los hermanos guardianes multiplica
las dificultades, sobre todo ante situaciones complejas de hermanos concretos.
-El capítulo local es vital y debe ser cuidado como lugar de diálogo y
discernimiento comunitario para una recta toma de decisiones.
Después de media hora de relax y charla informal, la oración de
la tarde presidida por Fr. Joaquin Dominguez y la cena dieron paso a un poco de esparcimiento previo al descanso de
la noche.
Estrenando el día de San Juan evangelista,
la oración de la mañana, la eucaristía presidida por el Definidor general, fray Vicente Felipe, y un más que generoso desayuno abrieron
boca para digerir una jugosa reflexión que dirigió a la asamblea fray
Severino Calderón, como presidente del Equipo de Formación Permanente.
Bajo el título “La
reestructuración es tarea y misión de toda la comunidad. Cuestiones para
pensar, dialogar y compartir” el ponente subrayó la necesidad de dar al
Proyecto Comunitario la importancia y el cuidado que merece, pues su
elaboración supone un ejercicio de discernimiento y conversión sincera que
ofrece valiosos materiales que construyen y animan la vida de la Fraternidad.
Junto con la necesidad de que cada hermano trate de fortalecer su vida de fe,
se destacó el valor de las mediaciones como camino y ocasión para la santificación
personal en la construcción de una Fraternidad santa, construcción en la que
cada uno se ha de considerar sujeto corresponsable y protagonista. Otro aspecto
destacado y destacable es que no se deben anteponer las supuestas necesidades
de las estructuras a las necesidades reales de las personas, las cuales han de
encontrar en su comunidad un lugar idóneo para cultivar su vida emocional en el
apasionamiento común por “el Amor primero”.
Todo esto ha de pasar por la recuperación de la centralidad de las virtudes
humanas como expresión del vínculo que une a los hermanos.
Tras el diálogo que suscitó la
reflexión de fray Severino, y pasando por el imprescindible café de media
mañana, se dio paso al tiempo de los talleres que, en número de tres, ocuparían
toda esta jornada del viernes 27. “Otro
tipo de animación y liderazgo”, “Otra
relevancia comunitaria” y “Crecer
como hermanos en misión” fueron los temas de los tres talleres que se
desarrollaron bajo un mismo esquema: Breve
presentación por los miembros del Equipo de Formación Permanente, video
motivador y trabajo de grupos. Algunas de las ideas recogidas fueron:
Primer taller. En las fraternidades locales hemos de eliminar
tensiones y superar prejuicios para saber crear áreas de confort donde todos
sintamos la libertad de podernos expresar. Esto requerirá una profunda
capacidad de escucha en quien sostenga el liderazgo. Será también fundamental
reforzar la actitud creyente y refrescar nuestra franciscaneidad para saber
asumir con ilusión los riesgos e incertezas que impone la novedad.
Segundo taller. Las
estructuras y los horarios comunitarios no pueden limitar el desarrollo de
individualidades que enriquezcan y dinamicen la vida comunitaria. Esto exige
trabajar la dialéctica entre el valor de la subjetividad de cada hermano y su
armonización con lo fraterno y común. Se habrá de discernir la legitimidad de
las iniciativas personales así como los trabajos e iniciativas comunes. El
proyecto comunitario es “el lugar”
donde desarrollar esta labor.
Tercer taller. Puede
que nos haya costado comenzar, pero estamos en camino saliendo al paso de
nuestra realidad para más y mejor responder a los retos del presente como
herederos y transmisores de nuestra rica y plurisecular tradición. El Proceso
de revitalización y reestructuración es fruto de una ingente cantidad de
trabajos y de aunar voluntades en torno a un discernimiento puesto en las manos
de Dios. La crisis de reducción en la que nos encontramos puede convertirse en
una crisis de expansión y de vida gracias a todos estos años de trabajo en
co-responsabilidad y comunión. La revitalización y reestructuración de nuestra
vida potenciará nuestra misión.
Los hermanos que ejercieron el
servicio de secretarios en cada uno de los seis grupos de trabajo recogieron
las ideas más destacadas de todos ellos, gracias a lo cual una comisión realizó
posteriormente la siempre difícil labor de dar forma a una redacción que
recogiera las conclusiones y el sentir de todos los hermanos.
A pesar de ser presentados los
tres talleres sucesivamente, a media mañana y después del primero de ellos fray
Vicente Felipe, definidor general por CONFRES, dirigió la palabra a la asamblea
para informar de lo decidido en el Consejo Plenario de la Orden y otras información sobre la vida y actividad de la Orden.
En un ambiente calificado por
fray Vicente como muy sereno, en el consejo Plenario se atendieron los mandatos
del Capítulo General en lo relativo al estudio sociológico de la Orden mirando
a la evangelización, las exigencias de transparencia, ética y solidaridad para
las economías de las entidades o el número
y modo de elección de los definidores generales. Estos quedarían distribuidos
como sigue: tres por Europa, dos por América Latina, uno por América del Norte,
uno por Asia y uno por África. Las conferencias deberán superar los quinientos
hermanos para acceder a dicho ratio y presentarán al Gobierno General el doble
de candidatos que el número de los posibles electos. También se informó de la
ubicación del próximo Capítulo General, en Asís.
Llegados a la mañana del tercer
día, y sin que nadie recordara tradicionalmente
a los demás el eco popular de la fiesta de los Santos Inocentes, si la aplicación de la misma que hizo fr. Joaquin Zurera en la oración de laudes, la primera
sesión de trabajo consistió en dar lectura a las propuestas de los grupos desde
el trabajo realizado en los talleres para pasar a matizar, retocar, votar y aprobar
por la entera asamblea dichas propuestas. Las palabras que flotaban en el
ambiente tras una larga y fatigosa sesión eran conversión, revisión, acompañamiento, discernimiento de medios y de
mediaciones, evangelización y periferias.
Tras el justo y merecido
descanso tomó la palabra fray Francisco Ángel Fernández Molero, miembro de la
Comisión de Obras y Patrimonio, que presentó a los hermanos presentes la ficha
y el procedimiento para la elaboración del necesario inventario y catálogo de
nuestros bienes culturales-artísticos (“BICs”, bienes de interés cultural).
Hacia el final de la mañana,
dirigió la palabra a la asamblea fray Jesús Hernández, ministro provincial de
la Provincia de Cartagena-Murcia, para transmitir un mensaje de todos los Ministros provinciales. Después de analizar la revitalización como la apuesta y
el sentido de la reestructuración y el redimensionamiento de nuestras
entidades, fray Jesús expuso gráficamente cómo la unificación ha de entenderse
desde el signo matemático de la suma, porque sumando todos y cada uno
restaremos cargas y pesos para multiplicar resultados. Asumir todos esta
perspectiva nos permitirá continuar la andadura por el mismo camino que nos ha
traído hasta este punto del Proceso: un camino de búsqueda común en complicidad,
buscando iluminación y corrección fraterna cargados de ilusión y mutuo apoyo.
Poniendo el punto final a
nuestro trabajo, y antes de la celebración de la Eucaristía y la comida de
familia con que concluirá este encuentro, fray Joaquín Domínguez, ministro
provincial de la entidad Bética y coordinador de los ministros provinciales de
las entidades en Proceso, expresa el agradecimiento de los ministros a todos
aquellos que han hecho posible la celebración y el tono del encuentro cuya
crónica llega con estas palabras a su fin.
Fr. Juan Telesforo, Delegado general, presidió la eucaristía final del encuentro animando a los presentes a seguir trabajando en este proceso de revitalización, sin olvidar nunca la vida de oración y fraternidad que debe conducir todo proceso. Todos, adoraron al Niño-Dios entre villancicos y recibieron un recuerdo del encuentro con sabor inmaculista, en honor a la que será Patrona de la nueva Provincia.
fr. Victor Manuel Alcalde