miércoles, 10 de octubre de 2012

La Orden, realidad viva




La Orden y las Entidades de la Orden son realidades vivas que evolucionan con el paso de los años y según las necesidades de los tiempos. Las estructuras que creamos dentro de nuestras Entidades son relativas y provisionales y han de estar siempre al servicio de la vida evangélica y de la misión.
Estamos en una época de cambios velocísimos, y los nuevos desafíos de nuestras sociedades nos exigen nuevas respuestas evangelizadoras. Sin embargo, en muchas de nuestras Entidades está creciendo el cansancio físico y espiritual de los hermanos por las demasiadas actividades que tienen que llevar a cabo. Esto está frenando la capacidad de encontrar nuevas respuestas a los nuevos desafíos evangelizadores y está dificultando enormemente el centrarnos en lo que es esencial: la calidad de la vida evangélica centrada en las Prioridades de nuestra forma vitae.
En gran parte de la Orden se está sintiendo la necesidad del redimensionamiento de las Entidades, de la restructuración de las actividades, de la colaboración interprovincial y, lo que es todavía más importante, la necesidad de revisar nuestra vida y nuestra misión evangelizadora. Así lo ha constatado el Capítulo general 2009, que en el n. 31 dice:
“El ‘redimensionamiento’ de las presencias y de la entidades que suele comportar cierres y fusiones para unas y para otras es parte de las revisiones y reestructuraciones. Son un proceso doloroso en el que, sin embargo, estamos llamados a descubrir un momento de gracia pascual para intentar resignificarnos de un modo más simple y vulnerable, pero también más profético y ciertamente minorítico, ahí donde estamos implantados. En nuestra Orden ésta es una realidad que se hace siempre más visible y que representa una oportunidad excepcional para superar la mentalidad provincialista y para fomentar la interprovincialidad y el sentido de pertenencia a las Conferencias y a la Orden”.
Y como en diversas Entidades y Conferencias se están realizando cada vez más esos procesos de redimensionamiento y reestructuración, nuestro último Capítulo general pidió al Definitorio general estudiar este tema y ofrecer a la Orden “líneas guías para el acompañamiento de estos procesos, con la finalidad de proporcionarle mayor dinamismo a la vida evangélica y misionera” (Mandato 47). Lo que os presentamos en este sencillo subsidio, que necesariamente es algo flexible y que no entra en los mínimos detalles, debido a la pluralidad cultural de la Orden, lo hemos escrito después de haber escuchado la experiencia de diferentes Entidades de la Orden y también de otras Congregaciones.
Que el Señor nos ilumine a todos para acertar en estos procesos y para alcanzar lo que es la finalidad fundamental de todo redimensionamiento y reestructuración: revisar la calidad evangélica de nuestra vida, nuestro testimonio y nuestro ardor misionero como frailes individuales y como Fraternidad.
13 de noviembre de 2010.
Fiesta de san Diego de Alcalá
Fr. JOSÉ RODRÍGUEZ CARBALLO, ofm Ministro general, OFM
Carta de Presentación del subsidio del Definitorio General
Sobre el redimensionamiento y reestructuracción

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