“La primera llamada
que recibimos suele ser a
seguir a Jesús
y a hacer cosas grandes y maravillosas por el Reino.
Somos
apreciados y admirados.
La segunda llamada acontece más tarde,
cuando nos damos
cuenta de que no podemos
hacer cosas grandes y heroicas por Jesús.
Es un tiempo
de renuncia, de humillación y de humildad.
Nos sentimos inútiles;
no somos
valorados en nuestro ambiente.
Si la primera llamada tuvo lugar
en pleno mediodía,
a la luz del sol,
la segunda tiene lugar a menudo en la noche”
(Jean Vanier)
Somos peregrinos, mendicantes de sentido, hoy nos toca vivir nuestra fidelidad al Señor en medio de la noche. Vivir este momento de nuestras vidas, vivir esta segunda llamada, con gozo y dispinibilidad, eso es revitalizar.
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